martes, 4 de octubre de 2016

ALVEAR


Don Marcelo Torcuato de Alvear era nieto del general Carlos María de Alvear, amigo (y luego ex amigo de San Martín). Hijo de Don Torcuato de Alvear, intendente de la ciudad de Buenos Aires.

Don Marcelo se acercó a la Unión Cívica de la Juventud en 1889, fue parte de la Unión Cívica, luego de la Unión Cívica Radical y, luego de la revolución de 1893 se vinculó a Don Hipólito Yrigoyen y fue una figura crucial en al Revolución Radical de 1905.

De una entereza y valentía admirables, como era costumbre en los hombres políticos de aquellos años.

Los que admiramos a Yrigoyen le tomamos antipatía a Alvear porque, durante su gobierno (que fue excelente en muchos sentidos, aunque "galerita", como decía don Hipólito) ninguneó al viejo líder. Sin embargo no se metió en la sucesión y, si bien muchos de los suyos armaron un radicalismo "antipersonalista" en contra de Yrigoyen, él nunca se comprometió con eso.

Luego del golpe del 6 de septiembre de 1930, en el que él no tuvo participación, fue de los que rodearon a Yrigoyen. Estuvo preso por pretender organizar la resistencia al "régimen" que había vuelto con toda energía y con una inocultable adhesión a las ideas autoritarias que reinaban en Europa (el fascismo italiano y el nazismo alemán).

Cuando don Hipólito se encontraba en el lecho de muerte, el 3 de julio de 1933, pidió que "ayudaran a Marcelo" a reorganizar el radicalismo para enfrentar un esquema autoritario del que todavía, a principios del nuevo siglo, no podemos librarnos.

Don Marcelo hizo lo que pudo. Algunos yrigoyenistas, sobre todo jóvenes, no le tenían confianza y lo hostigaron. Sin embargo buscó luchar hasta su muerte, contra el fraude y la corrupción de aquel tiempo. En eso terminó de gastar su fortuna (había sido uno de los hombres más ricos de la Argentina de entonces). Le quedó una quinta en Don Torcuato, en donde murió y vivió su admirable esposa  (Regina Pacini) hasta su muerte (Su historia de amor merecen un relato especial porque ha sido maravilloso).

Hoy veo que se pretende rescatar la figura de don Marcelo como para justificar el giro conservador del radicalismo. Es un error ideológico. Los giros conservadores del radicalismo no tienen que ver con Alvear. Su gobierno fue ordenado y progresista. Por su puesto que, en el sentido que podía serlo en 1922, con un liberalismo laicista pero con absoluto respeto por la soberanía nacional y el respeto por los derechos individuales. No le pidamos que haya sido un gobierno "revolucionario", no lo era ni pretendía serlo. Pero fue bueno y progresista. Los conservadores vieron en él alguien más "simpático" que Yrigoyen (que también era estanciero...) por ser "de su clase", un representante de "la aristocracia del barrio"... pero nada más.

Yo rescato y valoro toda la etapa heroica de Alvear. Como gobernante fue progresista y honesto y como líder del radicalismo fue valiente y combativo. No lo mezclemos con otra cosa...

El radicalismo, mal que le pese a muchos, es un partido de origen popular con ideas progresistas y nacionales. Como toda organización humana es falible y contradictorio. Falible y contradictorio como los amigos que creen que el peronismo es “de izquierda”. Tan falible y contradictorio como quienes hoy, so pretexto de erradicar una variante del populismo, participan de un gobierno que es, a todas luces, conservador.

No dudo de la buena fe de los que se han comprometido en esta gestión, a muchos los conozco personalmente y sé de su honestidad y buenas intenciones. Deseo que puedan hacer las cosas lo mejor posible. Pero tengo claro que este es un gobierno conservador del que solamente espero que respete las garantías republicanas, la vigencia de los derechos de los más débiles y la independencia de la justicia. No espero otra cosa... y ya es bastante.


Luis Carlos Aguirre

(Debo reconocer que esta visión de Alvear la he acuñado gracias a un querido dirigente radical de José C. Paz, Francisco "Coco" Benemio, quien me hizo ver, desde su yirigoyenismo, la esencia de la personalidad de este grande del radicalismo).

No hay comentarios:

Publicar un comentario